Los videojuegos no son “negativos”, en si mismo, pero si lo es un mal uso de estos.

Si tu hijo pasa mucho tiempo delante con los videosjuegos. Si no consigues que deje de jugar, y cuando le interrumpes, o le quitas la videoconsola se irrita, es probable que tenga una adicción..

La adicción a los videos juegos, es una constante necesidad de jugar. Nos sentimos bien jugando, y nos sentimos mal cuando no lo hacemos. Nos aislamos de nuestro entorno, y tenemos dificultades para interaccionar cara a cara con los demás.

El joven se mueve en un mundo de fantasías. Se siente superior ante un videojuego que controla o ante un enemigo virtual al que vence. Siente un sentimientos de pertenencia al grupo de jugadores, que como el, pasan horas y horas, enganchados, perdiendo horas de sueño.

Esta dependencia puede interferir gravemente con los estudios, amistades, familia…
Los problemas de atención, los bajos rendimientos escolares, y las relaciones con la familia escasas o malas son habituales.

El joven adicto:

1-Deja de salir y de relacionarse con los amigos
2-Tiene una perdida de interés por aficiones y actividades que anteriormente le eran gratificantes
3-Pierde la noción del tiempo: pasa horas y horas con los videosjuegos
4- Está en un estado de euforia o activación excesiva mientras está jugando
5- Esta preocupado por no poder conectarse e siente irritabilidad manifiesta.
6-Necesita  incrementar el tiempo de conexión para sentirse bien
7-Usa los videojuegos, como vía de escape ante otros problemas, y como fuente de placer

Que pueden hacer los padres ante una situación parecida

-Hay que evitar amenazar, quitarle la videoconsola. Discutir con el.
-Se le debe hablar con claridad de las ventajas e inconvenientes de la falta de control
– Establecer normas y límites de uso.
– Es recomendable que solo pasen 30-60 minutos diarios o solo los fines de semana.
– Vigilar los juegos con contenido violento
– No usar los videosjuegos como armas de castigo y recompensas.
– Fomentar una buena autoestima, y las relaciones con chicos de su edad.
– Proponerle otras formas de divertirse más saludables.

Si tu hijo esta muy enganchado, y no controla el juego, es conveniente que reciba una atención especializada

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