La organización de consumidores y usuarios (OCU) en su estudio titulado «más psicoterapia y menos pastillas», ha lanzado la voz de alarma sobre la elevada prescripción de fármacos, a pesar de que la opción que más éxito tiene y la que debe aplicarse en primer lugar es la psicoterapia basadas en técnicas conductuales.
«No nos da miedo emprender ciertas cosas porque sean difíciles.
Son difíciles porque nos da miedo emprenderlas« (Seneca)
Estudios recientes han puesto en evidencia la eficacia del tratamiento de exposición para diferentes problemas como la ansiedad, los trastornos obsesivos-compulsivos, el estrés postraumático, el estrés agudo, los trastornos fóbicos como la agorafobia, las fobias específicas, la fobia social, la pena mórbida, las pesadillas.
En la exposición la persona se enfrenta a las situaciones temidas, de forma gradual y repetida, hasta que la ansiedad se reduce.
«Quien mira hacia fuera sueña, quien mira hacia dentro despierta», Jung
“La mayoría de las personas están tan identificadas con la voz de su cabeza, que podríamos definirla como poseída por su mente” (Tolle)
“Comenzar de nuevo, romper los esquemas del pasado, dejar de decirme a mí mismo que no puedo cuando puedo, que no soy cuando soy, que estoy atado cuando soy eminentemente libre”
Cada hecho que observemos, cada situación que vivamos, van a ir unidas a emociones, y sentimientos, positivos o negativos. El suceso, la situación va a ser juzgada, interpretada y etiquetada como buena, mala, terrible o agradable. A la hora de relacionarnos con el entorno, nuestros pensamientos guían nuestras actuaciones y nuestra forma de sentirnos. Muchas de las dificultades que encontramos en las situaciones sociales están basadas simplemente en la forma en que pensamos sobre ella. No es la situación la que es difícil o incomoda sino que nosotros la percibimos de ese modo.
«Concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las cosas que puedo cambiar y la inteligencia para saber la diferencia». (oración de la serenidad)
Nos vemos obligados a vivir cada dia mas deprisa, a sacar mas rendimiento, a producir y abarcar mas y más, dejando a un lado la necesidad de descansar, obsesionados por el deseo o la necesidad de estar continuamente en movimiento.
