La organización de consumidores y usuarios (OCU) en su estudio titulado «más psicoterapia y menos pastillas», ha lanzado la voz de alarma sobre la elevada prescripción de fármacos, a pesar de que la opción que más éxito tiene y la que debe aplicarse en primer lugar es la psicoterapia basadas en técnicas conductuales.

Investigaciones recientes evidencian que los psicofármacos no funcionan tan bien como se ha hecho creer y hasta pueden resultar muy perjudiciales. La eficacia de los fármacos antidepresivos, es prácticamente inexistente en los casos de depresión ligera, moderada e incluso grave. La eficacia se debería al efecto que causa las expectativas del paciente de mejorar cuando asume que el tratamiento es eficaz. Un equipo de investigación, tras analizar las consecuencias del consumo de antidepresivos, advierte del riesgo asociado al consumo de estos fármacos, como accidente cerebrovasculares y muerte prematura en personas mayores.
Uno de los principales críticos al modelo farmacológico es un psiquiatra «Daniel Carlat», que habla de la poderosa alianza entre los psiquiatras y las compañías farmacéuticas
La empresa Abbott se enfrenta a una multa de 1600 millones de dólares por promover un medicamento estabilizante del estado de ánimo, sin pruebas sobre su seguridad y evidencia.
Antes de iniciar el tratamiento farmacológico los pacientes no presentan desequilibrios químicos, pero una vez iniciado el tratamiento farmacológico, el cerebro empieza a funcionar de manera anormal. (Robert Whitaker)
El consumo a largo plazo de fármacos psicoactivos, daría lugar a un daño irreparable en el cerebro, provocando una atrofia cerebral.
Bibliografía: Infocop Junio 2012

El camino mas fácil (tomar fármacos) no es el mejor, una alternativa que ha demostrado ser más eficaz y económica para la ansiedad y depresión es la terapia cognitiva-conductual, sin riesgo para la salud, y sin efectos secundarios. Esta información puede que no interese que llegue al público. Quizás también, hay mucha gente que prefiere estar zombis antes que hacer el esfuerzo de afrontar sus problemas con lucidez.